miércoles, 30 de diciembre de 2009

Bienvenidos al 2010

Nada más que una reflexión sobre el año por llegar...

Siempre es lo mismo; un año le sucede al otro, formando una cadena que decidimos llamar tiempo (bah, tal vez sea "estrechar" demasiado el concepto de TIEMPO, pero bueno, esta vez vale, total, el año ya termina, jeje...).

Un año muere, dejando en nosotros infinidad de cosas, de cambios, de experiencias, de sabiduría y aprendizaje, de revelaciones impensadas, de nuevas realidades imperturbables, de mágicos y cálidos momentos, de frías y cercanas decepciones... en fin, de todo un poco. Y el año que está por comenzar contendrá igual cantidad de novedades similares listas a ser vividas.

Pero entonces... ¿qué hace que la transición entre años sucesivos siempre sea un evento que tantas sensaciones revive, si al fin y al cabo nuevamente el ciclo se repite?

Simple... si hay algo que se mantiene a través del paso del tiempo, es la esperanza de un mejor porvenir. Más y mejor salud, más y mejor trabajo, más proyectos a futuro, más sueños, más ilusiones, toneladas de sensaciones de tintes polirrúbricos, y todas apuntando siempre a un blanco común y fundamental, basado en una sencilla premisa: "el año que viene va a ser mejor". Y es que el ser humano siempre apunta a mejorar, es un rasgo distintivo omnipresente en nuestra vida; y está bien que así sea. ¿Qué sería de nuestras vidas, sin la carga ilusoria de un mejor destino? ¿Qué nos diferenciaría de una fría maquinaria social, integradas por millones de "engranajes" desalmados?... Sin ese suspirar, sin ese soñar con la utopía posible de un gran futuro próximo, sin ese brillo que sólo el luchar por algo mejor le da a nuestras vidas, no seríamos diferentes a una estrella de mar, un gorrión, una ameba o un sencillo gusanito.

Por eso, no festejo por un año nuevo, no no... Alzo mi copa por el renacimiento de ese "container" lleno de la magia que toda esperanza envuelve, y que sólo algo como un "Año Nuevo" logra hacernos recordar.
Miles de proyectos, de sueños... incontables deseos, de todo tipo y forma, nos vuelven a llenar de golpe, y nos recuerdan que aún estamos vivos y de pie, nos recuerdan cuáles son nuestras armas y fortalezas, nos muestran el camino a seguir, y nos dan ese primer empujoncito inicial para que nos sumerjamos de cabeza a un nuevo mar de tiempo.


Asi que, ¡bienvenidos sean al 2010!

sábado, 26 de diciembre de 2009

Jason... el ejemplo de vida

Dentro de mis pasados días de "investigador musical", en los que me dediqué casi exclusivamente a escuchar a uno y otro, de los más reconocidos músicos a nivel mundial (obviamente, casi siempre dentro del género guitarrístico... esa pasión de 6 cuerdas...), me topé con esta verdadera "bestia" de la música: Jason Becker.

Es impresionante... lo que la música puede llegar a ser para una persona, y recíprocamente, lo que una persona puede llegar a hacer por la música... es sencillamente mágico.

Podría ponerme a redactar su vida y obra, o mejor y más fácil aún, copiarla y pegarla de Wikipedia o similares, pero me pregunto dos cosas:
- ¿Es necesario citar su vida y obra, cuando mi idea es hablar de su magia compositiva?
- ¿Importa realmente el cómo y dónde nació, cuando se pretende discutir el qué nos dejó?

Obviamente, me respondí yo mismo estas cuestiones, y decidí no hablar, sino dejar que él mismo hable... pero no con palabras, no sería correcto hablando de una persona como él, sino con la magia completamente más allá de lo corporeo, materializada con su instrumento, y ayudado con su gran compañero y amigo Marty Friedman.



Y ustedes dirán... ¿Qué tiene de especial entonces este tipo, como para que le hagas un post-referencia?

Bueno, muy simple... pretendo demostrar que la música cuando se hace con completa pasión, realmente es un ejemplo de la fuerza vital de una persona.

¿Cómo lo pretendo demostrar?

Simplemente, diciendo que este hombre ha decidido llevar su vida adelante, atravesando constantemente la más difícil de las pruebas... desde los 20 años, puede mover tan sólo unos pocos músculos de su compleja anatomía humana. Y no contento con eso, pese a su realmente penoso estado que lo ha condenado irreversiblemente al más completo de los silencios, sigue componiendo obras maravillosas, como los primeros días, sólo con la ayuda de sus ojos y una PC muy especial...

Gracias por tu música, gracias por tu magia, gracias por ser el ejemplo de vida más irrefutable que puede haber... o simplemente...

GRACIAS POR TODO

Felices fiestas

Desde acá, había olvidado hacer mi saludo comunitario... mil disculpas por eso.

MUY FELICES FIESTAS PARA TODOS, TANTO DE NAVIDAD COMO DE FIN DE AÑO

- QUE SUS DESEOS Y SUS PROYECTOS DE VIDA SE CONCRETEN, O SE ENCAMINEN HACIA UN NO MUY LEJANO EXITO.

- QUE LA PAZ INTERIOR LLEGUE, ILUMINE NUESTRO SER, Y NOS PREPARE Y SOSTENGA PARA LO QUE VENDRA.

- QUE PASEN ESTAS FECHAS CON TODOS AQUELLOS QUE LOS ACOMPAÑAN EN TODO LUGAR Y MOMENTO, YA SEA FISICAMENTE, O DESDE EL MAS ALLA, RODEANDONOS DE CARIÑO, Y DE ESA DULCE PROTECCION QUE SOLO UN SER MUY QUERIDO NOS PUEDE OFRECER.

- QUE LOS OBJETIVOS CUMPLIDOS SEAN MEDALLAS EN LA VIDA, Y LOS INCUMPLIDOS SEAN PENDIENTES A CUMPLIR EN UN FUTURO.

- QUE LAS VICTORIAS DEL AÑO SEAN FUENTES DE ALEGRIA, Y LAS DERROTAS DEL AÑO SEAN FUENTES DE APRENDIZAJE.

Me despido, hasta un pronto reencuentro virtual.


¡¡¡MUY FELICES FIESTAS!!!

Ese momento tan soñado

Todos tenemos un momento soñado; ese momento, ese hecho, que de tan sólo imaginar, nos estremece de una forma única, completamente reconocible. Es decir, sabemos cuando atravesamos ese momento apenas comenzamos a sentirnos de ese modo único.

Bueno, lo admito, esto lo sé hace poco. Reconozco que no había meditado en esto hasta hace una semana, aproximadamente. Lo sentí... y sé a qué se debió...
No fue un hecho fortuito; estaba encarando un sueño. Hacía tiempo que lo venía meditando, pero más allá de eso, no quita que de todas maneras estaba cumpliendo un sueño; un sueño que no dependió nunca de mi voluntad, un sueño completamente fortuito... y sin embargo, se estaba cumpliendo.

Y fue entonces cuando comencé a sentirme de ese modo tan particular... ese leve temblor en las piernas, esa ansiedad que nos despierta y magnifica los sentidos, que nos mantiene al 100% de atención. La expectativa, los sueños previos recurrentes, el acomodo de mis actos cotidianos en función de permitir la completa intromisión de este sueño en mi vida. En definitiva, me dispuse a recibir la llegada de ese sueño, a permitir que acometa en mi cotidianidad controlada y viva en mi presente.

Y no me arrepiento. El sueño al que refiero se está llevando adelante. Siento como la emoción recorre mis venas las 24 horas, y a ritmo más fuerte según pasan los días. Es algo único, y que me dispongo a recibir. Es algo demasiado excitante como para pasar por alto sus efectos sobre todo mi ser. Nada me importó la larga espera, la cola, el costo económico... nada de nada, nada más importó... y es que cuando de cumplir un sueño se trata, no podemos relegarnos a las reglas rutinarias que nos atan a esta vida en sociedad.

Por eso, esa sensación tan única nunca, pero nunca, debe subestimarse, ni dejarse pasar de largo; es muy posible que nos alerte de algo maravilloso que esté por venir.



World Magnetic Tour 2010 ¡¡allí estaré!!

viernes, 11 de diciembre de 2009

La visita al hospital

Ahhhhhh, si si, nada tan infaltable en la vida cotidiana de cualquier ser humano, que la visita al hospital. Ese reencuentro con el ambiente tan cálido y familiar que sólo un hospital nos puede ofrecer. De hecho, deba haber cientos de familias ahi dentro, aunque mejor no preguntarse qué los lleva a estar compartiendo con uno los mismos ambientes.

Las recepcionistas en las ventanillas... infinidad de ventanillas, para la respectiva infinidad de especialidades médicas que podemos encontrar dentro... eso hace que haya infinidad de recepcionistas, cosa que a ningún hombre, ni sano ni enfermo, le debe molestar. Pero bueno, la realidad, por cierto, bastante dura, es que la visita sólo comienza en las ventanillas. La parte más "entretenida" está por empezar.

Cientos de pasillos acompañan los desorientados pasos de quienes no suelen frecuentarlos. Carteles, carteles, y más carteles; "Oftalmología", "Dermatología", "Maternidad", "Proctología", se suceden continuamente a medida que transitamos. Presenciamos eternos desfiles de delantales y uniformes, de quienes día a día dejan la vida por la vida misma, los verdaderos héroes del país.

Una vez frente a la puerta desde la cual nos llamarán (o mejor dicho, nos hacemos llamar desde el momento mismo en que tomamos un turno), la espera se puede volver tediosa o no, dependiendo única e indefectiblemente de quienes se encuentren a nuestro alrededor.

Finalmente, el especialista se asoma y vocifera el nombre del futuro examinado de turno. Por suerte, en la mayoría de los casos, la amabilidad del profesional reconforta desde el momento mismo del amistoso saludo inicial, ese estrechar de manos que nos deja casi escuchar el "quedate tranquilo, que estás en buenas manos".

La visita se desarrolla. El profesional se desenvuelve según sus metodologías de atención. Preguntas, diversas pruebas, recomendaciones, teorías... se dedican a dictarnos clase de aquello que ven en nosotros mismos; toda una demostración de sabiduría práctica y experiencia.

Finaliza el análisis pertinente, y se llega a un resultado. ¡Qué dulce es escuchar el "está todo normal"! Sobre todo cuanto menos seguido se dé este resultado. Es un tanto molesto enterarse de X cantidad de ñañas que uno viene cargando a rastras, pero al fin y al cabo, a eso vamos al hospital.
Hay gente que parece ser invulnerable, nunca un mísero rasguño, ni siquiera una uña rota. Otros, llegan con el firme propósito de "arreglar" sus pequeñeces, algún dolorcito de aca o de allá, o alguna vacuna faltante. Y también están los que llevan un récord de saldos negativos; esos que entran con una simple cosita y salen con varios problemas a cuestas, todos anotados en hojitas de talonarios con membrete, y firmado por uno o más profesionales. Situación frustrante por cierto, ir por un dolorcito de espalda y salir diagnosticado de hipertensión, sobrepeso, sequedad en la piel y miopía.

Y siempre omitiendo los casos de guardia, donde bien puede entrar gente con una gamba recientemente abananada en algun partidito con amigos, o alguna infección, o quién sabe cuantas cosas pueden ocurrirle a uno y ameritar una inopurtuna visita a la guardia. Tampoco tomando en cuenta los ingresos a la morgue; entrar en una camilla, metido en una bolsa, o entrar en varias camillas a la vez, o en varias bolsas a la vez, o en cajitas, no es algo que vaya a analizar.

En fin, lo cierto es que, pese al resultado que cada uno suela obtener en cada visita al hospital, la expectativa de la visita, el reencuentro con el profesional acostumbrado, el sencillo hecho de transitar cientos de pasillos, aunque más no sea que para estirar las piernas y hacer algún que otro trámite simple, no deja de ser una aventura que vale la pena disfrutar... o si no vale la pena, al menos intentar no aburrirse en este lugar molesto...

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Otro año que se va...

Fines de 2009, con Diciembre en curso... Otro año que se va, como tantos otros ya han pasado.

Un año con logros, metas cumplidas, éxitos, y sus correspondientes errores, incumplimientos y fracasos. Un año más en una vida más, pero no por eso menos importante.

Las cosas pasan; la vida fluye a su modo en el cauce de cada uno.

Llega le momento del balance, del análisis y de la reflexión; de alegrarse por los éxitos obtenidos, y de proyectar a mejorar o reparar en función de los errores cometidos. A todos nos llega este momento de inmersión en la propia conciencia; para algunos será un trabajo árduo y agotador, para otro será breve, casi un trámite rutinario. Pero lo cierto es que todos destinamos ese ratito (o no tan "ratito", quién sabe) a discutir consigo mismo los pormenores del año que termina.

Recordaremos fechas, momentos, sensaciones... proyectos truncados, ocasiones fortuitas bien capitalizadas, pifies autocuestionables... aciertos, fallos, ataques de cariño, ataques de furia, autoconspiraciones, rebeliones internas, sueños de libertad, rebeldia, confianza en el futuro, y bla bla bla... innumerables cosas, todas en un gran rejunte, dispuestas a ser analizadas.

Más allá de la situación particular de cada uno, esto aún no termina, todavía queda bastante por vivir este año.

Odio las despedidas, asi que no diré "ADIOS 2009", sino "BIENVENIDAS, ULTIMAS SEMANAS DE 2009"

miércoles, 2 de diciembre de 2009

La guitarra hecha voz

Hace un tiempo, hice mi humilde llamado público a detener el sentimiento de "rivalidad", cuando una discusión refiera a la elección del "MEJOR GUITARRISTA". También aporté mis argumentos para pedir que así fuera. Junto con eso, dejé perfectamente clara mi opinión al respecto, y mi elección de preferencia.

Pero me puse a pensar... ¿Qué es lo que hace que la gente tienda a rivalizar, creyéndose dueños de la verdad, discutiendo sus preferencias a muerte y por sobre toda opinión ajena? ¿De dónde surge esta irrefrenable tendencia? Debe haber un motivo...

Y lo encontré. El verdadero motivo, es que cada uno de los "guitarristas discutidos" tiene un don: Puede "hablar" por medio de su guitarra. Cada uno posee su propia prosa y poética, armónica y melódica, cada uno con su rúbrica personal, particular, única...
Algunos parecen susurrar dulcemente al tocar, otros parecen gritar o gemir; algunos se comunican de manera realmente veloz, mientras que otros manejan un relato colmado de serenidad.

Y, así como cada uno de estos músicos "oradores" tiene su estilo particular de transmitirnos lo que nos quieren decir, cada uno de nosotros tiene su modo de interpretar el mensaje. Algunos prefieren que los temas les golpeen la cabeza, otros que les acaricien los oídos; algunos prefieren llenarse de adrenalina al escuchar, y otros alcanzar cierto nivel de paz interior... es natural y lógico, todos somos distintos.

Podríamos ponernos horas y horas a revisar el estilo compositivo, armónico y estilístico de cada uno de ellos... desenvolver su mundo de fantasía musical, desentrañar el misterio de sus más fantásticos desarrollos, analizar detalladamente los cómos y los porqués de sus más intrincadas técnicas al tocar, desde los más dulces bendings hasta los más violentos armónicos, los suaves vibratos, o los veloces legatos, crescendos, diminuendos, o cualquier tipo de expresión que tanta vida le da a sus obras... pero sería inútil. La vida de sus obras recide en el mensaje; ese mensaje que, con o sin palabras, nos llega a lo más hondo del alma, lo demás es "el relleno" que le termina de dar forma al tema.

A veces, es la letra las que nos invade de manera directa; otras veces, un sutil solo puede reemplazarla, con esa contundencia que una gran línea melódica tiene de por sí.

Así que aprendamos a captar el mensaje, a saborearlo a nuestro modo, sin criticar a aquellos que no nos gusten, y seamos felices con eso; nada más hace falta para disfrutar de la música.

martes, 1 de diciembre de 2009

La pasión

Así como hablé en su momento de los mil y un usos de la palabra AMOR, me detuve un rato el otro día, tratando de definir la palabra pasión, y su verdadero valor y significado.

Entonces, ¿qué es la PASIÓN? ¿se puede definir claramente este concepto, o no tiene un significado del todo claro? No lo sé, tal vez es una palabra que encierra muchos valores, todos juntitos y apretujados, complicando así la tarea de entender y utilizar correctamente el vocablo; o tal vez sea algo perfectamente definible, sólo que ninguno de nosotros conoce esa exactísima definición.

Lo cierto es que la PASIÓN, ya sea una o mil sensaciones, existe...

La vemos; nos rodea donde quiera que vamos, tal vez escondiéndose, pero nunca desapareciendo.
La sentimos; penetra nuestros poros hasta llegar a lo más rebuscado de nuestros cuerpos.
La olemos; tiene el aroma más dulce que existe en este mundo, aunque no lo podríamos describir jamás.
La oímos; en forma de susurro acariciando los tímpanos, o en forma de brisa de verano silvando al pasar a nuesto lado.
La saboreamos; es ese condimento que sazona las vicisitudes mismas del día a día.

Evidentemente, vivimos rodeados de PASIÓN. Desata un festival de sensaciones dentro nuestro, despierta y despabila uno a uno nuestros sentidos humanos, y hasta me animo a decir, les dá una vuelta de rosca de más a cada uno de ellos.

El problema a veces, es entender de qué trata la PASIÓN, y saber cómo identificarla en cada una de las situaciones que nos rodean constantemente. Y ahí es donde yace la otra disyuntiva de la cuestión: ¿es necesario reconocer una por una cada faceta que toma la PASIÓN?

...la verdad, no. No es necesario. Basta con sentir, en lo más profundo de uno, que está ahí presente, rigiendo una vez más nuestra vida. La pasión por vivir, la pasión por los seres amados, la pasión por alcanzar nuestras metas...

En definitiva, quizás no se pueda definir el concepto que encierra la palabra PASIÓN, pero tampoco es necesario, porque, por suerte, no poderlo definir no implica que no se lo pueda percibir. Mientras la PASIÓN se siga desatando al amar, al vivir, al sentir, al pensar... sencillamente eso nos mantendrá vivos, por más que no lo lleguemos a entender...