Era un jueves cálido, uno de esos días en que pareciera que el aire es más denso de lo normal. Estaba empapado en sudor; era lógico, la suma del calor y la expectativa ante lo que vendría, hacían responder físicamente, de manera automática, a mi cuerpo.
Un momento especial. No había un antes, no había un después. Sólo había presente, rodeado de incertidumbres, sin poder distinguir pasado o futuro. El día moría, el atardecer apuñalaba mi cabeza con su aún violento sol, pese al horario cercano a las siete. El tiempo me traicionaba, cambiaba su rítmo de modo burlón, ralentizándose más a cada segundo, convirtiendo un instante en una eternidad.
Las manos sudaban, las piernas flaqueaban; mi cuerpo no respondía a mis comandos. Tal vez fuera ese calor extenuante, tal vez un pico de tensión, tal vez...
Había sonado ya el timbre... ese zumbido agudo, que provocó mis sentidos, extasiándome justo momentos antes del descenlace de esta historia. Ese escalofrío en la nuca, ese bravo latir de mi corazón, despliegue masivo de adrenalina.
Oía pasos detrás del gris portón, aún bañado de áurea luz. Se acercaban lentamente; demasiado despacio para lo que hubiera querido. La ansiedad dominaba mi mente, los pasos retumbaban en mi cabeza. Se seguían acercando.
Al fin escucho levemente el agitar de un llavero. Eran ya las siete de la tarde, necesitaba que esto terminara ya... Más cerca aún los pasos...
Siento la llave acariciar el tambor de la cerradura. Empieza a girar. Mi mente dibuja en frágles fragmentos la escena, paso a paso, todo lo que puedo percibir en el momento. Los ruidos, los olores, las luces, la representación física de mi presente se estaba grabando en algún recóndito fragmento de mi cerebro; ese rinconcito reservado a recuerdos que marcan un antes y un después.
Por fin, la puerta se abre. La emoción, la aceleración del corazón, la alteración espontánea de todos mis signos vitales, producen que no oiga claramente el cálido saludo de quien acaba de abrirme paso a través del inmenso umbral. Me lanzo hacia adelante, como quien conoce el camino que recorre. Atravieso pasillos, infinitas puertas, miles de baldosas, paredes cómplices de mi búsqueda.
Y allí estaba... recostada, a un lado de la habitación. Sonriente, espléndida, producida como la primera vez, aguardando mi llegada, y pidiéndome tiernamente y a lo lejos, que le regalara una vez más ese tendal de caricias que, juramento de por medio, dije que jamás le negaría.
Me acerco, la contemplo, pidiéndole perdón por la eterna ausencia, sin siquiera decir una palabra. Toda la comunicación se produce tácitamente; la magia del encuentro hace posible el más maravilloso milagro.
La abrazo, sin pedir permiso. Ella responde en un susurro, apenas audible, pero en señal inequívoca de aprobación. Su cuerpo, su alma, su voz... nunca otra podría reemplazarla jamás, por mucho que buscara; y es por eso mismo que aquel día, cuando la ví, me enamoré perdidamente, y la elegí para acompañarme en mi camino.
Mis caricias recorrieron su delgado cuello, contornearon su perfecto cuerpo, recordando una por una las curvas que hoy volvía a acariciar. Oigo su voz, comienza a hablarme, y recuerdo ese registro sonoro que nunca quise dejar. Empieza a cantar, y mi piel se eriza como toda respuesta. La magia flota en el aire, y no puedo evitar que mis ojos se pueblen de pequeñísimas lagrimas que nunca llegan a caer, pero que ahí están.
Y finalmente escucho esa voz detrás mío; aquella que supongo, me dio la bienvenida al entrar:
"Gaby, le cambié las cuerdas, limpié el diapasón y los trastes y reajuste las silletas del puente para que quede pistera como a vos te gusta... Ah, y la limpié y lustré toda. Son $95."
Gracias Luis, la viola quedó bárbara!!
lunes, 30 de noviembre de 2009
lunes, 23 de noviembre de 2009
"R" de revancha
Si, a todos nos pasa, esa situación que nunca dimos por terminada, como cuando se nos ocurre qué decir o cómo responder, pero horas después de que la oportunidad pasó de largo.
Es odioso, molesto, nos deja un sabor amargo en el subconsciente, saber qué hacer o qué decir, cuand ya es tarde, o tardísimo. Y ahí empieza la fase 2 del tema, deseamos la revancha; esperamos que de algún modo se dé nuevamente la ocasión de decir lo que se debió decir, o de hacer lo que se debió hacer en ese momento. Empezamos a decir "la próxima... [insertar acto tardío aquí]", aunque sabemos obviamente, que cada momento es único e irrepetible, y que por mucho que nos enfoquemos en revertir la situación, o pretendamos que se nos de la misma (y exactamente igual) ocasión de decir aquello que nos quedó atragantado, la chance nunca más volverá.
Y eso entonces desencadena la fase 3: "qué boludo, debí haber hecho/dicho que... [otra vez, acá va el acto tardío]", armando recriminaciones y todo tipo de reproches que una vez más, también sabemos que no tienen sentido, pero igual lo hacemos. Revivimos una y otra vez la escena conflictiva, e imaginamos el desenlace de toda la cadena de sucesos, incluyendo obviamente aquello que uno dejó pasar de largo en realidad, y desahogandose así de cierto sentimiento de culpabilidad para con uno mismo.
Hecho todo esto, llega la fase 4: "bueno, ya fue, total, ya pasó", liquidando el proceso iniciado en aquel desdichado descuido, en que olvidamos mencionar o hacer algo en particular. Y ahí termina la rueda... ¿o no?
¿Qué pasaría si tuvieramos nuevamente la chance de poder embocar ese detalle olvidado en una situación muy similar? Aquella oportunidad de liquidar un tema explícitamente, usando todo lo que quedó alguna vez en el tintero... ¿Tomaríamos la oportunidad de terminar ese remanente?
La verdad, creo que SI, y si me equivoco, al menos me saco las ganas de decir lo que me quedó picando alguna vez...
Es odioso, molesto, nos deja un sabor amargo en el subconsciente, saber qué hacer o qué decir, cuand ya es tarde, o tardísimo. Y ahí empieza la fase 2 del tema, deseamos la revancha; esperamos que de algún modo se dé nuevamente la ocasión de decir lo que se debió decir, o de hacer lo que se debió hacer en ese momento. Empezamos a decir "la próxima... [insertar acto tardío aquí]", aunque sabemos obviamente, que cada momento es único e irrepetible, y que por mucho que nos enfoquemos en revertir la situación, o pretendamos que se nos de la misma (y exactamente igual) ocasión de decir aquello que nos quedó atragantado, la chance nunca más volverá.
Y eso entonces desencadena la fase 3: "qué boludo, debí haber hecho/dicho que... [otra vez, acá va el acto tardío]", armando recriminaciones y todo tipo de reproches que una vez más, también sabemos que no tienen sentido, pero igual lo hacemos. Revivimos una y otra vez la escena conflictiva, e imaginamos el desenlace de toda la cadena de sucesos, incluyendo obviamente aquello que uno dejó pasar de largo en realidad, y desahogandose así de cierto sentimiento de culpabilidad para con uno mismo.
Hecho todo esto, llega la fase 4: "bueno, ya fue, total, ya pasó", liquidando el proceso iniciado en aquel desdichado descuido, en que olvidamos mencionar o hacer algo en particular. Y ahí termina la rueda... ¿o no?
¿Qué pasaría si tuvieramos nuevamente la chance de poder embocar ese detalle olvidado en una situación muy similar? Aquella oportunidad de liquidar un tema explícitamente, usando todo lo que quedó alguna vez en el tintero... ¿Tomaríamos la oportunidad de terminar ese remanente?
La verdad, creo que SI, y si me equivoco, al menos me saco las ganas de decir lo que me quedó picando alguna vez...
El todo por el todo
A veces, no queda otra. Es la solución a aquellas cuestiones que el razonamiento lógico no nos permitiría resolver.
La secuencia en que se producen estos casos es la siguiente:
- ¿Cuántas veces nos ha pasado que se nos presenta un conflicto, algo realmente importante y que nos encantaría resolver de la mejor manera, y no sabemos cómo hacerlo?
- ¿Hemos intentado resolverlo de modo perfectamente lógico?
- ¿Llegamos finalmente a la conclusión de que, por más que la lógica cerraba perfectamente, las cosas salieron como el orto, y muy diferente a lo que tan bien habíamos supuesto?
Aquel que conoce (o mejor dicho, que vivió) la respuesta de cada una de estas preguntas, entonces sabrá de lo que hablo. Son temas que no responden a la lógica, a la especulación, al frío pero siempre tan exacto cálculo previsor. Hay gente que por ciertas cualidades personales nunca antes les ha tocado experimentar este tipo de inconvenientes.
Si bien sería hermoso no vivir nunca estos conflictos, lo cierto es que todos estamos muy lejos de no experimentarlos jamás. Y considerando esto, debemos tener un "as en la manga" para cuando llegue el momento. Podriamos emprender una búsqueda inagotable sobre cada uno de los casos que responden a esta disyuntiva, pero sería eso, algo inagotable; no llegaríamos a una solución antes de encarar nuevamente este tipo de situaciones.
Por eso, desde acá, ofrezco mi solución práctica: Jugarse el todo por el todo.
A veces, es lo único que queda; hay cosas en las que sencillamente quedamos bloqueados, anulados, y no podríamos en esas condiciones llegar a pensar en nada, y si lo hiciéramos posiblemente fallemos. Es por eso que esta solución práctica es la solución simple a problemas complejos.
Esto no nos asegura éxito, sino una solución rápida a algún conflicto de esos, que podría resultar eterno de resolver correctamente. Lo cierto es que a veces fallaremos de todos modos, tal vez más o menos miserablemente, pero de todos modos, nadie tiene el éxito asegurado, así que sigue siendo una salida más que válida.
Aprendamos entonces a jugarnos por lo que realmente queremos, o nos parece correcto. Nada nos dice que saldremos bien parados, pero al menos nos ahorraremos horas de infructuoso razonamiento, pasando directamente a la acción.
La secuencia en que se producen estos casos es la siguiente:
- ¿Cuántas veces nos ha pasado que se nos presenta un conflicto, algo realmente importante y que nos encantaría resolver de la mejor manera, y no sabemos cómo hacerlo?
- ¿Hemos intentado resolverlo de modo perfectamente lógico?
- ¿Llegamos finalmente a la conclusión de que, por más que la lógica cerraba perfectamente, las cosas salieron como el orto, y muy diferente a lo que tan bien habíamos supuesto?
Aquel que conoce (o mejor dicho, que vivió) la respuesta de cada una de estas preguntas, entonces sabrá de lo que hablo. Son temas que no responden a la lógica, a la especulación, al frío pero siempre tan exacto cálculo previsor. Hay gente que por ciertas cualidades personales nunca antes les ha tocado experimentar este tipo de inconvenientes.
Si bien sería hermoso no vivir nunca estos conflictos, lo cierto es que todos estamos muy lejos de no experimentarlos jamás. Y considerando esto, debemos tener un "as en la manga" para cuando llegue el momento. Podriamos emprender una búsqueda inagotable sobre cada uno de los casos que responden a esta disyuntiva, pero sería eso, algo inagotable; no llegaríamos a una solución antes de encarar nuevamente este tipo de situaciones.
Por eso, desde acá, ofrezco mi solución práctica: Jugarse el todo por el todo.
A veces, es lo único que queda; hay cosas en las que sencillamente quedamos bloqueados, anulados, y no podríamos en esas condiciones llegar a pensar en nada, y si lo hiciéramos posiblemente fallemos. Es por eso que esta solución práctica es la solución simple a problemas complejos.
Esto no nos asegura éxito, sino una solución rápida a algún conflicto de esos, que podría resultar eterno de resolver correctamente. Lo cierto es que a veces fallaremos de todos modos, tal vez más o menos miserablemente, pero de todos modos, nadie tiene el éxito asegurado, así que sigue siendo una salida más que válida.
Aprendamos entonces a jugarnos por lo que realmente queremos, o nos parece correcto. Nada nos dice que saldremos bien parados, pero al menos nos ahorraremos horas de infructuoso razonamiento, pasando directamente a la acción.
viernes, 20 de noviembre de 2009
La despedida...
Era tarde, apenas pasadas las 8 de la noche; no lo recuerdo exactamente, y tampoco era un dato realmente valedero. Mi mente no terminaba de digerir lo que, tan solo en breves instantes, estaría por suceder. La dejaría allí; seguiría mi camino, aquel que antes pretendía recorrer junto a ella, pero ahora sin su cuerpo junto al mio. La sola idea de perder sus curvas me enloquecía.
Recuerdo exactamente ese escalofrío que recorrió mi espalda, al momento de concebir por primera vez esta posibilidad. La certeza de que por mucho que lo deseara, la distancia que me separaba de ese momento, siempre sería mucho menor de lo que quisiera. El recurrente pensamiento al respecto. La teatralización una y otra vez en mi mente de lo inevitablemente predecible. Las reacciones, los movimientos, los sonidos... todo había sido imaginado en un sinfín de posibilidades, ninguna de ellas demasiado alegre.
La intensa marea de emociones, en orden, prioridad y presencia totalmente aleatorias, me abrumaban. Nada de lo que veía parecía mantener su color, su brillo, su encanto natural. No parece posible que el mundo vuelque en un segundo, y sin embargo, quedé convencido de que así fue.
Y al fin llegó... Ese final, que tanto tiempo llegué a temer, me embistió como un tren, cuyo curso se mantiene eternamente inalterable. Era el momento en el que tiempo se deforma, para que un solo segundo se aferre como una inmensa eternidad. Y curiosamente, es tal vez el hecho de que el tiempo no se detenga, aquello que nos reesperanza, que nos hincha el pecho, pensando en un pronto reencuentro.
Decidí terminar con la animación suspendida en la que parecía estar inmensa esa realidad; no podía seguir tolerando esa atmósfera enrarecida, poblada de espesas nubes de incertidumbre. Di media vuelta, y lentamente comencé a caminar en sentido contrario, intentando no voltear a mirar, luchando por contenerme para no regresar sobre mis pasos, e ir a buscarla frenéticamente.
No se cómo, pero lo logré; retomé el control sobre mis extremidades y emprendí sin remedio el regreso al hogar. Sentía mis hombros libres, como quien se descuelga una pesada mochila sostenida por demasiado tiempo.
Era de noche, cuando llegué finalmente a mi casa, aún sin haber podido recobrar la conciencia... Algo se había roto en mi interior; ese sueño original e ingenuo de estar juntos por siempre ya no estaba ahi, y su desaparición solo causaba una profunda sensación de vacío... ese vacío inexplicable, físicamente inexistente, pero que se hace notar en lo más profundo de nuestro ser.
Y entonces, cuando parecía que la noche seguiría oscureciendo indefinidamente, llegó ese mensaje tan esperado, aquel con que había estado soñando todo el camino hacia casa. Estaba seguro de eso, era el indicio y a su vez la seguridad de nuestro futuro reencuentro. Este mensaje decía:
"La viola no tiene nada; para mañana al mediodía esta lista, va a quedar re pistera..."
Menos mal, pensé que se iba a demorar más el luthier...
Recuerdo exactamente ese escalofrío que recorrió mi espalda, al momento de concebir por primera vez esta posibilidad. La certeza de que por mucho que lo deseara, la distancia que me separaba de ese momento, siempre sería mucho menor de lo que quisiera. El recurrente pensamiento al respecto. La teatralización una y otra vez en mi mente de lo inevitablemente predecible. Las reacciones, los movimientos, los sonidos... todo había sido imaginado en un sinfín de posibilidades, ninguna de ellas demasiado alegre.
La intensa marea de emociones, en orden, prioridad y presencia totalmente aleatorias, me abrumaban. Nada de lo que veía parecía mantener su color, su brillo, su encanto natural. No parece posible que el mundo vuelque en un segundo, y sin embargo, quedé convencido de que así fue.
Y al fin llegó... Ese final, que tanto tiempo llegué a temer, me embistió como un tren, cuyo curso se mantiene eternamente inalterable. Era el momento en el que tiempo se deforma, para que un solo segundo se aferre como una inmensa eternidad. Y curiosamente, es tal vez el hecho de que el tiempo no se detenga, aquello que nos reesperanza, que nos hincha el pecho, pensando en un pronto reencuentro.
Decidí terminar con la animación suspendida en la que parecía estar inmensa esa realidad; no podía seguir tolerando esa atmósfera enrarecida, poblada de espesas nubes de incertidumbre. Di media vuelta, y lentamente comencé a caminar en sentido contrario, intentando no voltear a mirar, luchando por contenerme para no regresar sobre mis pasos, e ir a buscarla frenéticamente.
No se cómo, pero lo logré; retomé el control sobre mis extremidades y emprendí sin remedio el regreso al hogar. Sentía mis hombros libres, como quien se descuelga una pesada mochila sostenida por demasiado tiempo.
Era de noche, cuando llegué finalmente a mi casa, aún sin haber podido recobrar la conciencia... Algo se había roto en mi interior; ese sueño original e ingenuo de estar juntos por siempre ya no estaba ahi, y su desaparición solo causaba una profunda sensación de vacío... ese vacío inexplicable, físicamente inexistente, pero que se hace notar en lo más profundo de nuestro ser.
Y entonces, cuando parecía que la noche seguiría oscureciendo indefinidamente, llegó ese mensaje tan esperado, aquel con que había estado soñando todo el camino hacia casa. Estaba seguro de eso, era el indicio y a su vez la seguridad de nuestro futuro reencuentro. Este mensaje decía:
"La viola no tiene nada; para mañana al mediodía esta lista, va a quedar re pistera..."
Menos mal, pensé que se iba a demorar más el luthier...
miércoles, 18 de noviembre de 2009
La animosidad electrizante
Nunca lo había pensado hasta el momento que lo escuché: Nuestro estado anímico influye en nuestra "aura eléctrica" (?). De algun modo, vaya a saber uno cómo y por qué, pareciera que es así. Esta revelación llegó a mi a través de una amiga, que de esto sabe, y mucho.
Lo cierto es que a partir de esta infromación, me tome un rato para intentar rememorar algo, cualquier cosa, que me pudiera verificar que se trataba de algo posible realmente, o que sencillamente era "cualquiera" (que normalmente, para los que no solemos creer en este tipo de cosas, es lo más imaginable).
Y la verdad es que no tiene sentido, pero podría ser cierto... siempre que he estado de mal humor, o en algún otro estado alterado, las puertas solían descargarse contra mi. Era una pelea constante, cada vez que necesitaba atravesar una puerta, con solo acercarme al picaporte me daba la impresión de que el mismo se reía, pensando seguramente en agredirme eléctricamente.
El problema de esta situación eléctrica es la falta de uso práctico... seamos realistas, si pudieramos ahorrar pilas o baterías, alimentando los artefactos con la electricidad generada por el mal humor, todos viviríamos con cara de culo, pero con los MP3 y los celulares siempre cargados. Aunque dudo que el hecho de tener siempre cargado el celular o el MP3 no nos produzca directamente un humor espléndido, haciendo que la magia esta del ciclo eléctrico gratuíto desaparezca, por lo tanto devolviéndonos al mal humor, cargándonos eléctircamente, y así una y otra vez, repitiéndose el ciclo indefinidamente... Bueno, ahora que lo pienso, tal vez por ese motivo esto no tenga sentido práctico, para evitarnos el vaivén anímico y eléctrico.
En definitiva, por las dudas que, de algún modo, se compruebe fehacientemente esto, tratemos de vivir siempre de buen humor; seamos felices, optimistas y alegres... tal vez las cosas no salgan de la mejor manera, o ni siquiera como nos gustaría que fueran, pero ahora que sabemos que el mal humor no es práctico, podemos darnos el lujo de evitarlo...
Lo cierto es que a partir de esta infromación, me tome un rato para intentar rememorar algo, cualquier cosa, que me pudiera verificar que se trataba de algo posible realmente, o que sencillamente era "cualquiera" (que normalmente, para los que no solemos creer en este tipo de cosas, es lo más imaginable).
Y la verdad es que no tiene sentido, pero podría ser cierto... siempre que he estado de mal humor, o en algún otro estado alterado, las puertas solían descargarse contra mi. Era una pelea constante, cada vez que necesitaba atravesar una puerta, con solo acercarme al picaporte me daba la impresión de que el mismo se reía, pensando seguramente en agredirme eléctricamente.
El problema de esta situación eléctrica es la falta de uso práctico... seamos realistas, si pudieramos ahorrar pilas o baterías, alimentando los artefactos con la electricidad generada por el mal humor, todos viviríamos con cara de culo, pero con los MP3 y los celulares siempre cargados. Aunque dudo que el hecho de tener siempre cargado el celular o el MP3 no nos produzca directamente un humor espléndido, haciendo que la magia esta del ciclo eléctrico gratuíto desaparezca, por lo tanto devolviéndonos al mal humor, cargándonos eléctircamente, y así una y otra vez, repitiéndose el ciclo indefinidamente... Bueno, ahora que lo pienso, tal vez por ese motivo esto no tenga sentido práctico, para evitarnos el vaivén anímico y eléctrico.
En definitiva, por las dudas que, de algún modo, se compruebe fehacientemente esto, tratemos de vivir siempre de buen humor; seamos felices, optimistas y alegres... tal vez las cosas no salgan de la mejor manera, o ni siquiera como nos gustaría que fueran, pero ahora que sabemos que el mal humor no es práctico, podemos darnos el lujo de evitarlo...
martes, 17 de noviembre de 2009
El trabajo día a día...
Lo admito, muchas veces me aburro en mi trabajo... Simplemente uno espera tener cierta actividad distractiva, alguna tarea que nos haga reutilizar las neuronas empolvadas que están olvidadas en un rincón de la cabeza, que nos genere entusiasmo, alegría, felicidad, o en su defecto, que al menos nos mantenga entretenidos, sin que esto implique llegar al mal humor.
Pero no, aunque a simple vista no parezca tan dificil de cumplir, lo cierto es que no se cumple casi nunca. Y ojo, que quede bien en claro, uno no menciona las palabras "fácil", o "simple", ni tampoco expresiones como "rascarse el higo" ni "haraganear". No no, lo único que abarca esta discusión es el trabajo verdadero, honesto y puro, pero engorrosamente aburrido.
Alguien debería llevar a cabo alguna campaña de "concientización gerencial", para explicarle a los gerentes que los trabajos sin ningún tipo de posibilidad de sonrisa son realmente un cáncer. Uno claramente está demasiado embolado como para rendir bien en una tarea hartamente repetitiva, o bien muy aburrida. Es así, por más crudo que suene.
En fin, supongo que parte del trabajo para el que uno es contratado, es el someterse a la amansadora diaria, y tratar de resistir ante el embole; desde ya, uno a veces pierde por paliza...
Tal vez los pocos que pueden elegir de qué trabajar, y además vivir de eso, no sufran este tipo de cosas, aunque dudo que haya alguna ocupación que no genere la tan aplastante rutina, pero quien sabe, tal vez algún día lo pueda averiguar en persona.
Mientras tanto, aqui estamos, siendo arrastrados por la marea cotidiana, luchando por no ahogarnos en lo profundo del mar de la monotonía, e intentando alcanzar a nado la lejana costa del agradable trabajo...
Pero no, aunque a simple vista no parezca tan dificil de cumplir, lo cierto es que no se cumple casi nunca. Y ojo, que quede bien en claro, uno no menciona las palabras "fácil", o "simple", ni tampoco expresiones como "rascarse el higo" ni "haraganear". No no, lo único que abarca esta discusión es el trabajo verdadero, honesto y puro, pero engorrosamente aburrido.
Alguien debería llevar a cabo alguna campaña de "concientización gerencial", para explicarle a los gerentes que los trabajos sin ningún tipo de posibilidad de sonrisa son realmente un cáncer. Uno claramente está demasiado embolado como para rendir bien en una tarea hartamente repetitiva, o bien muy aburrida. Es así, por más crudo que suene.
En fin, supongo que parte del trabajo para el que uno es contratado, es el someterse a la amansadora diaria, y tratar de resistir ante el embole; desde ya, uno a veces pierde por paliza...
Tal vez los pocos que pueden elegir de qué trabajar, y además vivir de eso, no sufran este tipo de cosas, aunque dudo que haya alguna ocupación que no genere la tan aplastante rutina, pero quien sabe, tal vez algún día lo pueda averiguar en persona.
Mientras tanto, aqui estamos, siendo arrastrados por la marea cotidiana, luchando por no ahogarnos en lo profundo del mar de la monotonía, e intentando alcanzar a nado la lejana costa del agradable trabajo...
lunes, 16 de noviembre de 2009
La palabra siempre de moda...
¿Qué palabra ha sido más utilizada en este mundo que "AMOR"? ¿Se da cuenta la humanidad de la cantidad de saliva, tinta y/o caracteres y kilobytes que se ha llevado a través del tiempo este sencillo término? Que de hecho, sólo como palabra puede ser sencillo; el sentimiento caracterizado con esta palabra puede llegar a ser tan complejo como la vida misma. Pero entonces, ¿por qué es tan utilizado, si su complejidad implica necesariamente que la mayor parte de las veces que se emplea, no "cuaja" con lo que se intenta transmitir?
Intenté entonces hallar las causas por las que se ve tan a menudo esta palabrita, y esto fue todo lo que llego a surgir en mi mente:
Para empezar, es una palabra breve, eso facilita las cosas. No es lo mismo ir por la vida escribiendo "AMOR" que escribiendo "ESTERNOCLEIDOMASTOIDEO", la lógica de esto es obvia.
Segundo, es una palabra que de por si conlleva a una asociación bonita. No es igual de placentero decir "AMOR" que decir "PUTREFACCION INTESTINAL", y lo sabemos.
Tercero, se trata de una palabra de cierta universalidad. Uno escucha "AMOR" y sabe a qué se refiere la frase entera, cosa distinta a escuchar "COMPLEJO GENICULADO MEDIAL" y llegar a preguntarse con qué se come este ocurrente término médico.
La cuarta causa se debe a la degradación por desgaste de esta palabra; el hecho de repetirla tantas veces en las más variadas circunstancias, ya le da carácter de "habitual" en nuestro léxico cotidiano. Es el mismo caso que decir "BOLUDO", ya prácticamente no significa nada.
Y quinta causa, tal vez las más triste, es la falta de precisión del significado. El hecho de que el significado de esta palabra sea tan complejo, le da cierto carácter de comodín, de palabra utilizable en muchisimas ocasiones, ciertamente más que en las que corresponde...
Por todo esto, las frases tanto habituales como inadmisibles, existen y se multiplican. No deberían existir frases como "Juancito es un amor", "Amo tomar sol" o "amor far que está la cena".
Hago un llamado a la humanidad, desde este simple blog, a utilizar el término AMOR donde realmente corresponda: cuando la magia de dos miradas cruzadas, ambas repletas de pasión, fijas la una contra la otra, se digan tantas cosas, sin siquiera decir nada... ahi si, queda permitido usar la palabra AMOR...
Intenté entonces hallar las causas por las que se ve tan a menudo esta palabrita, y esto fue todo lo que llego a surgir en mi mente:
Para empezar, es una palabra breve, eso facilita las cosas. No es lo mismo ir por la vida escribiendo "AMOR" que escribiendo "ESTERNOCLEIDOMASTOIDEO", la lógica de esto es obvia.
Segundo, es una palabra que de por si conlleva a una asociación bonita. No es igual de placentero decir "AMOR" que decir "PUTREFACCION INTESTINAL", y lo sabemos.
Tercero, se trata de una palabra de cierta universalidad. Uno escucha "AMOR" y sabe a qué se refiere la frase entera, cosa distinta a escuchar "COMPLEJO GENICULADO MEDIAL" y llegar a preguntarse con qué se come este ocurrente término médico.
La cuarta causa se debe a la degradación por desgaste de esta palabra; el hecho de repetirla tantas veces en las más variadas circunstancias, ya le da carácter de "habitual" en nuestro léxico cotidiano. Es el mismo caso que decir "BOLUDO", ya prácticamente no significa nada.
Y quinta causa, tal vez las más triste, es la falta de precisión del significado. El hecho de que el significado de esta palabra sea tan complejo, le da cierto carácter de comodín, de palabra utilizable en muchisimas ocasiones, ciertamente más que en las que corresponde...
Por todo esto, las frases tanto habituales como inadmisibles, existen y se multiplican. No deberían existir frases como "Juancito es un amor", "Amo tomar sol" o "amor far que está la cena".
Hago un llamado a la humanidad, desde este simple blog, a utilizar el término AMOR donde realmente corresponda: cuando la magia de dos miradas cruzadas, ambas repletas de pasión, fijas la una contra la otra, se digan tantas cosas, sin siquiera decir nada... ahi si, queda permitido usar la palabra AMOR...
Mi top 5 de guitarras
En el mundo del guitarrista, es deliciosamente abrumador observar todos los tipos de guitarra existentes (como tipos me refiero a los formatos de los cuerpos). Cada uno tiene su encanto, su practicidad, su sonido típico, su estética particular, su formato global, el formato del mástil, del diapasón, el clavijero... en fin, cada uno de estos instrumentos es único, con sus pros y sus contras, y definir el mejor sería directamente un sacrilegio, un pecado en el que nadie que se precie de llamarse guitarrista debe caer. Toda elección es subjetiva, y, por lo tanto, la lista siguiente es una pura apreciación personal.
Ahora si, a lo importante...
5º) Stratocaster
Guitarras muy versátiles, y por lo tanto legendarias. Se trata del modelo más vendido de la historia. Un cuerpo duro y liviano, con rebajes ergonómicos perfectamente ubicados. Típica del Rock desde su misma definición.
Liviana, fácil de tocar, cómoda, un mástil semi-rápido y un sonido muy característico y bien definido, lleno de brillo y vida, muy dinámico.
Las marcas son lo de menos; si bien Fender y Squier resuenan en el ambiente, Fernandes, Aria o Eclair (por decir algunas) pueden sonar tan bien o mejor que esas, sin contar que la elección pasará siempre por el oido y gusto personal del comprador.

4º) "V" y/o "cola de tiburón"
Guitarras nacidas para el solista. Mástil muy rápido, con alcance muy sencillo hasta el último traste de la escala. 22 o 24 trastes, escala 24 3/4" o 25 1/2". De todos tipos, formas y colores, diversas maderas para cuerpo y mástil, y distintos tipos de micrófono, según sea la elección. No es cómoda para tocar sentado, sino para salir directamente en escena.
Casi todas las marcas poseen su modelo, originando la enorme variedad de similes de este modelo.

3º) "PRS" (Paul Reed Smith)
La "Les Paul suprema", según algunos se atreven a aventurar. Y no es para menos; este modelo es básicamente una Les Paul con varias modificaciones por sobre todos los posibles inconvenientes que la original pudiera presentar. Mango encolado químicamente (en reemplazo de la tradicional "cola de carpintero"), cuerpo semi-blando, pesado, una escala de 25", intermedia entre las habituales, cuerpo con rebajes para alivianar, un poco más ergonómica y más rápida que la Les Paul, circuitería más simple y con más versatilidad microfónica, y una terminación simplemente hermosa. Tiene en principio características tonales muy dulces, muchos medios brindados por el cuerpo de Caoba, y básicamente las propiedades de una Les Paul.
Una guitarra realmente valedera, aunque a un precio un tanto violento.

2º) Explorer
Una guitarra que me ha quitado noches de sueño. Estéticamente agresiva, un tono con una presencia indiscutible, y muy rápida. Hay disponibles básicamente 2 tipos de modelos Explorer, la que sería "tradicional", simil Gibson, y la "retocada", como la Jackson Kelly. Se trata de 2 mundos diferentes; distintas maderas, distintas dimensiones de cuerpos, distintas escalas, distintas construcciones... técnicamente don modelos diferentes, pero de formato similar. Sin duda la que merece este puesto es la "tradicional". Peso, tono, presencia, apariencia, practicidad... tiene todo lo que cualquier guitarrista de heavy metal o hard rock puede soñar...

1º) Les Paul
La elegancia pura. Una guitarra con tanta tradición como la Stratocaster, siendo la segunda más vendida en la historia de las guitarras eléctricas. Normalmente utilizada para blues o jazz en sus orígenes, tiene una calidez tonal difícil de superar. La resonancia mediosa que ese enorme y pesado cuerpo de Caoba le da al sonido, le daría vida a cualquier sonido.
Hoy se utiliza mucho en rock, y en heavy metal, además de los ya tridicionales jazz y blues.
Tiene un cuerpo pesado, una escala corta, mango encolado y no de los más veloces, no pusee recortes ergonómicos; es una deformación directa de la guitarra tradicional, realizada exquisitamente por el grán músico de jazz Les Paul (que en paz descanse, lo hemos perdido este año); su dulzura tonal y su sustain eterno, su versatilidad sonora y su increible adaptabilidad con las distorsiones, la hacen una mezcla soberbia de sonido y estética. Por todo esto, y pese a no ser la más comoda, ni la más rápida, ni la más liviana, es que yo le doy mi puesto Nº 1 a esta verdadera obra de arte.
Ahora si, a lo importante...
5º) Stratocaster
Guitarras muy versátiles, y por lo tanto legendarias. Se trata del modelo más vendido de la historia. Un cuerpo duro y liviano, con rebajes ergonómicos perfectamente ubicados. Típica del Rock desde su misma definición.
Liviana, fácil de tocar, cómoda, un mástil semi-rápido y un sonido muy característico y bien definido, lleno de brillo y vida, muy dinámico.
Las marcas son lo de menos; si bien Fender y Squier resuenan en el ambiente, Fernandes, Aria o Eclair (por decir algunas) pueden sonar tan bien o mejor que esas, sin contar que la elección pasará siempre por el oido y gusto personal del comprador.
4º) "V" y/o "cola de tiburón"
Guitarras nacidas para el solista. Mástil muy rápido, con alcance muy sencillo hasta el último traste de la escala. 22 o 24 trastes, escala 24 3/4" o 25 1/2". De todos tipos, formas y colores, diversas maderas para cuerpo y mástil, y distintos tipos de micrófono, según sea la elección. No es cómoda para tocar sentado, sino para salir directamente en escena.
Casi todas las marcas poseen su modelo, originando la enorme variedad de similes de este modelo.
3º) "PRS" (Paul Reed Smith)
La "Les Paul suprema", según algunos se atreven a aventurar. Y no es para menos; este modelo es básicamente una Les Paul con varias modificaciones por sobre todos los posibles inconvenientes que la original pudiera presentar. Mango encolado químicamente (en reemplazo de la tradicional "cola de carpintero"), cuerpo semi-blando, pesado, una escala de 25", intermedia entre las habituales, cuerpo con rebajes para alivianar, un poco más ergonómica y más rápida que la Les Paul, circuitería más simple y con más versatilidad microfónica, y una terminación simplemente hermosa. Tiene en principio características tonales muy dulces, muchos medios brindados por el cuerpo de Caoba, y básicamente las propiedades de una Les Paul.
Una guitarra realmente valedera, aunque a un precio un tanto violento.
2º) Explorer
Una guitarra que me ha quitado noches de sueño. Estéticamente agresiva, un tono con una presencia indiscutible, y muy rápida. Hay disponibles básicamente 2 tipos de modelos Explorer, la que sería "tradicional", simil Gibson, y la "retocada", como la Jackson Kelly. Se trata de 2 mundos diferentes; distintas maderas, distintas dimensiones de cuerpos, distintas escalas, distintas construcciones... técnicamente don modelos diferentes, pero de formato similar. Sin duda la que merece este puesto es la "tradicional". Peso, tono, presencia, apariencia, practicidad... tiene todo lo que cualquier guitarrista de heavy metal o hard rock puede soñar...
1º) Les Paul
La elegancia pura. Una guitarra con tanta tradición como la Stratocaster, siendo la segunda más vendida en la historia de las guitarras eléctricas. Normalmente utilizada para blues o jazz en sus orígenes, tiene una calidez tonal difícil de superar. La resonancia mediosa que ese enorme y pesado cuerpo de Caoba le da al sonido, le daría vida a cualquier sonido.
Hoy se utiliza mucho en rock, y en heavy metal, además de los ya tridicionales jazz y blues.
Tiene un cuerpo pesado, una escala corta, mango encolado y no de los más veloces, no pusee recortes ergonómicos; es una deformación directa de la guitarra tradicional, realizada exquisitamente por el grán músico de jazz Les Paul (que en paz descanse, lo hemos perdido este año); su dulzura tonal y su sustain eterno, su versatilidad sonora y su increible adaptabilidad con las distorsiones, la hacen una mezcla soberbia de sonido y estética. Por todo esto, y pese a no ser la más comoda, ni la más rápida, ni la más liviana, es que yo le doy mi puesto Nº 1 a esta verdadera obra de arte.
sábado, 14 de noviembre de 2009
La selección más mediocre...
Acaba de terminar el partido España - Argentina...
¿El resultado? 2 - 1, respectivamente.
La verdad, era un resultado previsible, creo que el 99% de nosotros se vio venir la derrota, a manos de un equipo que es, ni más ni menos, eso mismo, un EQUIPO. Es lastimoso; realmente duele la vista luego de contemplar 90 minutos el espectáculo lamentable que estos tipos ricos ofrecen, todos vestidos de celeste y blanco.
Pero no viene por ahi el nudo de la cuestion. Se los ha demonizado bajo el hecho fundamental de que sólo juegan bien por dinero, lo cual podría ser cierto o no, depende de quién lo diga y de cómo se mire el tema, pero al menos yo no creo que ese sea el factor definitivo para este desastre.
La realidad incuestionable, es que este seleccionado es meramente eso, un seleccionado, o según un sinónimo aplicable, un "rejunte" de gente elegida según un criterio X, para formar parte de un EQUIPO; el problema es que indudablemente no lo logran.
Muchos trataron de encontrar un chivo expiatorio para todos los males; Messi fue atacado no solo por sus paupérrimas actuaciones, sino recargado por el resto de los fracasos. Hoy, ese telon debería quedar descartado, el contraste que produjo jugar contra un equipo en serio dejo ver cuál es realmente el problema. La inconexión, la falta de ideas conjuntas, de juego colectivo, demostró que ningún jugador debería ser atacado por sobre el resto, sencillamente no hay cómo sostener un ataque sistemático a un chivo expiatorio, cuando éste juega rodeado de gente en iguales o peores condiciones.
Entonces, dicho esto, debemos encontrar la raíz del problema, que ya observamos, no se trata de algún jugador en particular. Si si, eso mismo, el indicado es Diego Armando Maradona. Lo sabemos, y su historia como DT lo delata también. Algunos vociferan casi proféticamente que en un tiempo todos estaremos de rodillas pidiéndole perdón, por más que visiblemente lo más probable es que en un tiempo estemos todos de rodillas, pero llorando lejos de Sudáfrica.
Pero no sería justo, no, sólo terminar ahi la cuestión. Que Maradona no es un personaje idóneo para el cargo está demostrado, pero no, el problema está más arriba, en lo más alto: el señor Grondona. En una mente en la que el dinero lo es todo, es fácil saber con qué criterios empresariales se llama a los jugadores (ahora también por amiguismos, pero me concentraré en lo global de la situación), y a los DT. El apoyo inicial masivo fue el factor determinante. Es más fácil vender diarios si un DT célebre manda a otros a seguir mamándola. Es más fácil vender merchandising o productos terceros, cuando los jugadores son caras del márketing externo.
Señores, para ir finalizando, entremos en conciencia: hoy el fútbol argentino es un gran negocio, nada de pasión, nada de sentimientos... sólo la manipulación de masas, buscando ingresos en las entradas a estadios, en transmisiones multimediáticas, en publicidad, etc.
Mi propuesta es dejar de consumir lo que nos quieren vender (ver por internet, no comprar camisetas o cosas con logos de AFA o demases, diarios deportivos con todas estas cosas, etc), porque el hecho de que sus planes salgan redondos, asegura que lo seguirán haciendo. Piénsenlo, es una ironía, pero para devolver al fútbol su magia, hay que dejar de consumir fútbol...
¿El resultado? 2 - 1, respectivamente.
La verdad, era un resultado previsible, creo que el 99% de nosotros se vio venir la derrota, a manos de un equipo que es, ni más ni menos, eso mismo, un EQUIPO. Es lastimoso; realmente duele la vista luego de contemplar 90 minutos el espectáculo lamentable que estos tipos ricos ofrecen, todos vestidos de celeste y blanco.
Pero no viene por ahi el nudo de la cuestion. Se los ha demonizado bajo el hecho fundamental de que sólo juegan bien por dinero, lo cual podría ser cierto o no, depende de quién lo diga y de cómo se mire el tema, pero al menos yo no creo que ese sea el factor definitivo para este desastre.
La realidad incuestionable, es que este seleccionado es meramente eso, un seleccionado, o según un sinónimo aplicable, un "rejunte" de gente elegida según un criterio X, para formar parte de un EQUIPO; el problema es que indudablemente no lo logran.
Muchos trataron de encontrar un chivo expiatorio para todos los males; Messi fue atacado no solo por sus paupérrimas actuaciones, sino recargado por el resto de los fracasos. Hoy, ese telon debería quedar descartado, el contraste que produjo jugar contra un equipo en serio dejo ver cuál es realmente el problema. La inconexión, la falta de ideas conjuntas, de juego colectivo, demostró que ningún jugador debería ser atacado por sobre el resto, sencillamente no hay cómo sostener un ataque sistemático a un chivo expiatorio, cuando éste juega rodeado de gente en iguales o peores condiciones.
Entonces, dicho esto, debemos encontrar la raíz del problema, que ya observamos, no se trata de algún jugador en particular. Si si, eso mismo, el indicado es Diego Armando Maradona. Lo sabemos, y su historia como DT lo delata también. Algunos vociferan casi proféticamente que en un tiempo todos estaremos de rodillas pidiéndole perdón, por más que visiblemente lo más probable es que en un tiempo estemos todos de rodillas, pero llorando lejos de Sudáfrica.
Pero no sería justo, no, sólo terminar ahi la cuestión. Que Maradona no es un personaje idóneo para el cargo está demostrado, pero no, el problema está más arriba, en lo más alto: el señor Grondona. En una mente en la que el dinero lo es todo, es fácil saber con qué criterios empresariales se llama a los jugadores (ahora también por amiguismos, pero me concentraré en lo global de la situación), y a los DT. El apoyo inicial masivo fue el factor determinante. Es más fácil vender diarios si un DT célebre manda a otros a seguir mamándola. Es más fácil vender merchandising o productos terceros, cuando los jugadores son caras del márketing externo.
Señores, para ir finalizando, entremos en conciencia: hoy el fútbol argentino es un gran negocio, nada de pasión, nada de sentimientos... sólo la manipulación de masas, buscando ingresos en las entradas a estadios, en transmisiones multimediáticas, en publicidad, etc.
Mi propuesta es dejar de consumir lo que nos quieren vender (ver por internet, no comprar camisetas o cosas con logos de AFA o demases, diarios deportivos con todas estas cosas, etc), porque el hecho de que sus planes salgan redondos, asegura que lo seguirán haciendo. Piénsenlo, es una ironía, pero para devolver al fútbol su magia, hay que dejar de consumir fútbol...
Sentimiento vs Velocidad
Como todo guitarrista novato, uno quema horas y horas detras de la pantalla, con ayuda de YouTube, buscando y admirando, descifrando y comprendiendo, todo lo que tocan aquellos guitarristas que realmente desearíamos ser, por el motivo que fuera (o mejor dicho, no ser como ellos, sino tocar como ellos). Y en medio de esa inmersión en el inmenso mundo del que uno ha elegido formar parte, se topa innumerables veces con el enfrentamiento, a veces medido y justificado, y a veces acérrimo y carente de pretextos, de quienes desean que los guitarristas toquen a 1000 km/h, un despliegue mayúsculo de técnica, contra quienes dicen que deben tocar dejando todos sus sentidos al tocar, que la técnica es lo de menos.
Ante esto, uno conforma su propia postura, totalmente personal al respecto... y lo más ilógico del tema es que cada uno de aquellos que discuten por lo mencionado, parecen pretender de uno la respuesta a la pregunta tácita "¿cuál es el mejor de todos?".
Desde este texto me gustaría llamar a consenso, no para elegir un "mejor guitarrista", sino para que se acaben este tipo de elitismos idiotas, postulando en función del gusto particular de cada uno, la adoración de un solo guitarrista, o un solo estilo de tocar... por favor, BASTA; la música no se trata de eso, siempre que sea de calidad, todo tipo de música es válida...
Podemos adorar la velocidad de Yngwie Malmsteen, la lentitud de David Gilmour, la exótica musicalidad de Marty Friedman, la efectiva tonada de Angus Young, el tono distintivo de Mark Knoppfler, la locura de los solos de Steve Vai, la técnica pulida de Eric Clapton, el tapping de Eddie Van Halen, el sentimiento de Gary Moore, los riffs pegadizos de Chuck Berry, los riffs potentes de James Hetfield, los riffs complejos de Dave Mustaine... y así podríamos seguir, para cualquier tipo de guitarrista, sea de la banda que sea, o del estilo musical que sea, y en la función que tome dentro de cada banda...
Ah, me olvidaba... ¿mi favorito? Marty Friedman, por ahora, a menos que descubra algo que penetre más mi corazón y mi alma (cosa que veo dificil, comparando lo mucho que caló en mí la música de este maestro). Pero recuerden, no es idiota quien tiene un favorito, lo es aquel que en pos de idolatrar a ese favorito, ataca a quienes considere rivales para ocupar ese puesto.
No asesinemos a la música, nada mas...
Ante esto, uno conforma su propia postura, totalmente personal al respecto... y lo más ilógico del tema es que cada uno de aquellos que discuten por lo mencionado, parecen pretender de uno la respuesta a la pregunta tácita "¿cuál es el mejor de todos?".
Desde este texto me gustaría llamar a consenso, no para elegir un "mejor guitarrista", sino para que se acaben este tipo de elitismos idiotas, postulando en función del gusto particular de cada uno, la adoración de un solo guitarrista, o un solo estilo de tocar... por favor, BASTA; la música no se trata de eso, siempre que sea de calidad, todo tipo de música es válida...
Podemos adorar la velocidad de Yngwie Malmsteen, la lentitud de David Gilmour, la exótica musicalidad de Marty Friedman, la efectiva tonada de Angus Young, el tono distintivo de Mark Knoppfler, la locura de los solos de Steve Vai, la técnica pulida de Eric Clapton, el tapping de Eddie Van Halen, el sentimiento de Gary Moore, los riffs pegadizos de Chuck Berry, los riffs potentes de James Hetfield, los riffs complejos de Dave Mustaine... y así podríamos seguir, para cualquier tipo de guitarrista, sea de la banda que sea, o del estilo musical que sea, y en la función que tome dentro de cada banda...
Ah, me olvidaba... ¿mi favorito? Marty Friedman, por ahora, a menos que descubra algo que penetre más mi corazón y mi alma (cosa que veo dificil, comparando lo mucho que caló en mí la música de este maestro). Pero recuerden, no es idiota quien tiene un favorito, lo es aquel que en pos de idolatrar a ese favorito, ataca a quienes considere rivales para ocupar ese puesto.
No asesinemos a la música, nada mas...
Reflexión - Las piedras
Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia.
Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:
- "¿Cuantas piedras piensan que caben en el frasco?"
Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, y hasta arriegaran números al azar, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó:
- "¿Está lleno?"
Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que debajan las piedras grandes. El experto sonrió con ironía y repitió:
- "¿Está lleno?"
Esta vez los oyentes dudaron: Tal vez no. ¡Bien!. Y puso en la mesa un balde con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la gravilla.
- "¿Está lleno?", preguntó de nuevo.
¡No!, exclamaron los asistentes. "Bien", dijo, y tomó una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no rebosaba.
- "Bueno, ¿qué hemos demostrado?", preguntó al fin.
Ante el silencio de todos, el experto respondió su propia pregunta:
- "lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después..."
Este texto una vez lo vi mientras navegaba por ahi, perdido como muchos, entre cientos y cientos de kilobytes en formato textual. Me pareció fascinante desde el primer momento, y si bien le hice algún que otro retoque gramatical, no es de mi autoría. Para pensar en silencio, acompañado por uno mismo.
Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:
- "¿Cuantas piedras piensan que caben en el frasco?"
Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, y hasta arriegaran números al azar, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó:
- "¿Está lleno?"
Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que debajan las piedras grandes. El experto sonrió con ironía y repitió:
- "¿Está lleno?"
Esta vez los oyentes dudaron: Tal vez no. ¡Bien!. Y puso en la mesa un balde con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la gravilla.
- "¿Está lleno?", preguntó de nuevo.
¡No!, exclamaron los asistentes. "Bien", dijo, y tomó una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no rebosaba.
- "Bueno, ¿qué hemos demostrado?", preguntó al fin.
Ante el silencio de todos, el experto respondió su propia pregunta:
- "lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después..."
Este texto una vez lo vi mientras navegaba por ahi, perdido como muchos, entre cientos y cientos de kilobytes en formato textual. Me pareció fascinante desde el primer momento, y si bien le hice algún que otro retoque gramatical, no es de mi autoría. Para pensar en silencio, acompañado por uno mismo.
viernes, 13 de noviembre de 2009
El cómo y el por qué de la existencia de este Blog
...Y así fue que me decidí a escribir. Costó bastante trabajo juntar las ganas, con el tiempo reducido que tengo para escribir.
Sinceramente, este tipo de expresión siempre me atrajo, a veces más, a veces menos, pero seamos realistas, la libre expresión tienta... ese deseo humano de expresarse libremente, de contar lo que le venga en ganas, y en el momento en que se le ocurra, hace que uno siempre tenga en cuenta (aunque sea muy en el fondo de nuestra conciencia) la opción de crear un Blog, y sacarse las ganas de ser escuchado, sin las vergüenzas que suelen causar las declaraciones alocadas.
Bueno, en definitiva, aquí estoy, con un Blog propio, que inauguré con mi primer texto "documental", sobre la experiencia de mi primera presencia ante el Tarot...
Sean bienvenidos a este rincón, que pretende ser un escape de la rutina, mediante la reflexión y/o el análisis (con o sin sentido) sobre productos de la rutina... Si si, se que suena a joda, pero creo firmemente que la realidad supera a la ficción, y si bien tal vez en algún momento escriba algún texto completamente imaginario, algún cuento o algo así, básicamente mis "crónicas cotidianas" son lo que mayormente abundarán por aca.
Saludos a quien se decida a leer, aquello que yo me decida a escribir...!
Sinceramente, este tipo de expresión siempre me atrajo, a veces más, a veces menos, pero seamos realistas, la libre expresión tienta... ese deseo humano de expresarse libremente, de contar lo que le venga en ganas, y en el momento en que se le ocurra, hace que uno siempre tenga en cuenta (aunque sea muy en el fondo de nuestra conciencia) la opción de crear un Blog, y sacarse las ganas de ser escuchado, sin las vergüenzas que suelen causar las declaraciones alocadas.
Bueno, en definitiva, aquí estoy, con un Blog propio, que inauguré con mi primer texto "documental", sobre la experiencia de mi primera presencia ante el Tarot...
Sean bienvenidos a este rincón, que pretende ser un escape de la rutina, mediante la reflexión y/o el análisis (con o sin sentido) sobre productos de la rutina... Si si, se que suena a joda, pero creo firmemente que la realidad supera a la ficción, y si bien tal vez en algún momento escriba algún texto completamente imaginario, algún cuento o algo así, básicamente mis "crónicas cotidianas" son lo que mayormente abundarán por aca.
Saludos a quien se decida a leer, aquello que yo me decida a escribir...!
La mistica del Tarot
Este domingo asistí a un evento que jamas imagine presenciar. Una situación inimaginada, tal vez por falta de afinidad, o de creencia, o de costumbre, o de falta de cierta "diversidad cultural" también...
Un despliegue de magias, misterio... energias que llegan más allá de lo que nuestra humanidad puede percibir, por lo menos a través de los 5 sentidos...
Uno observa y escucha, atónito, pasajes que sin duda al principio pueden parecer carentes de sentido, o hablando vulgarmente, una "brutal mandada de fruta", pero sin embargo... El misticismo de la situación, la tensión constante que se respira en el aire, cargado por sensaciones encontradas, todo recurre a un solo punto de este universo: la mesa, donde se despliegan pasado, presente y futuro, de una manera ciertamente atípica para ojos normalmente ajenos a este ritual.
Es sorprendente ir notando, a medida que se desarrolla este despliegue de energias, y que son simultáneamente traducidas a nuestro lenguaje, cierta similitud en la aparente combinación de incoherencias... todo parece ir tomando forma, color y valores, de cosas alguna vez ocurridas. Tal vez sea nuestro propio conjunto de convicciones y vivencias pasadas, las que nos tienden a forzar a las relaciones que, desde un principio, creíamos sin sentido... pero sin embargo, tal vez no, tal vez haya más que eso, y uno, basado en su concepto de racionalización particular, se obligue a descreer... son todas opciones, no deben dejarse pasar, pero la intriga nos obliga a este debate interno, entre lo científicamente comprobable, y lo místicamente sugerible.
Particularmente, no le encuentro un punto de vista lógico a lo visto, a lo vivido, a la tendencia de un simple (o no tan simple, quizás...) puñado de cartas de materializarse en tiempos y espacios, en sensaciones y sentimientos, en revelaciones y tendencias... Lo único cierto es que esto ocurrió; uno a uno los conceptos revelados parecían acercarse progresivamente a todo aquello que había vivido, que estaba viviendo, y que esperaba vivir...
¿Las sensaciones...? ¿Les interesa saber...?
Sorpresa... mmm, no, sorpresa no, ciertamente algo en mi, tal vez el mismo aire enrarecido por el aparente movimiento de energías (por ponerle un nombre solamente), esperaba que las cosas salieran tal como salieron, sin precisiones pero con puntos particulares que dejan pensando...
Ilusión... mmm, no, tampoco creo que sea el término, es algo demasiado "novedoso" dentro de mis paradigmas, como para tomarlo como algún nuevo camino hacia el autoconocimiento...
Miedo... mmm, no, tampoco... tal vez pueda llegar a atemorizar un poco la idea de que hay cosas intangibles que rigen nuestras vidas de un modo un tanto más arbitrario, pero no creo que nos lleven a algo que realmente no podamos llegar a dominar...
Esperanza... mmm, no, no creo, realmente aún no considero que se pueda basar un modo de ver la realidad, en función de algo que no podamos llegar a percibir sensiblemente, y dejando el raciocinio de lado...
En fin, tal vez la sensación que reina hoy por sobre mis sentidos sea una combinación de las nombradas, con algunas cosas mas... Pero solo puedo decir una cosa en claro al respecto de todo esto, y es la certeza de que de alguna manera, nos muestra ante nosotros mismos, nos fuerza a plantear cosas que tal vez nunca imaginamos plantearnos, nos abre perspectivas nuevas... La inquietud que genera toda la avalancha de acontecimientos no es simple de describir, si, pero bien vale la pena, como un paso que, creamos o no en estas cosas, ha enriquecido nuestras vidas.
Ah, y lo mas importante, siempre podremos torcer el curso de nuestra historia, si realmente creemos ser capaces de hacerlo...
Nota publicada el día 15/09/2009 en mi Facebook - Autor: YO
Un despliegue de magias, misterio... energias que llegan más allá de lo que nuestra humanidad puede percibir, por lo menos a través de los 5 sentidos...
Uno observa y escucha, atónito, pasajes que sin duda al principio pueden parecer carentes de sentido, o hablando vulgarmente, una "brutal mandada de fruta", pero sin embargo... El misticismo de la situación, la tensión constante que se respira en el aire, cargado por sensaciones encontradas, todo recurre a un solo punto de este universo: la mesa, donde se despliegan pasado, presente y futuro, de una manera ciertamente atípica para ojos normalmente ajenos a este ritual.
Es sorprendente ir notando, a medida que se desarrolla este despliegue de energias, y que son simultáneamente traducidas a nuestro lenguaje, cierta similitud en la aparente combinación de incoherencias... todo parece ir tomando forma, color y valores, de cosas alguna vez ocurridas. Tal vez sea nuestro propio conjunto de convicciones y vivencias pasadas, las que nos tienden a forzar a las relaciones que, desde un principio, creíamos sin sentido... pero sin embargo, tal vez no, tal vez haya más que eso, y uno, basado en su concepto de racionalización particular, se obligue a descreer... son todas opciones, no deben dejarse pasar, pero la intriga nos obliga a este debate interno, entre lo científicamente comprobable, y lo místicamente sugerible.
Particularmente, no le encuentro un punto de vista lógico a lo visto, a lo vivido, a la tendencia de un simple (o no tan simple, quizás...) puñado de cartas de materializarse en tiempos y espacios, en sensaciones y sentimientos, en revelaciones y tendencias... Lo único cierto es que esto ocurrió; uno a uno los conceptos revelados parecían acercarse progresivamente a todo aquello que había vivido, que estaba viviendo, y que esperaba vivir...
¿Las sensaciones...? ¿Les interesa saber...?
Sorpresa... mmm, no, sorpresa no, ciertamente algo en mi, tal vez el mismo aire enrarecido por el aparente movimiento de energías (por ponerle un nombre solamente), esperaba que las cosas salieran tal como salieron, sin precisiones pero con puntos particulares que dejan pensando...
Ilusión... mmm, no, tampoco creo que sea el término, es algo demasiado "novedoso" dentro de mis paradigmas, como para tomarlo como algún nuevo camino hacia el autoconocimiento...
Miedo... mmm, no, tampoco... tal vez pueda llegar a atemorizar un poco la idea de que hay cosas intangibles que rigen nuestras vidas de un modo un tanto más arbitrario, pero no creo que nos lleven a algo que realmente no podamos llegar a dominar...
Esperanza... mmm, no, no creo, realmente aún no considero que se pueda basar un modo de ver la realidad, en función de algo que no podamos llegar a percibir sensiblemente, y dejando el raciocinio de lado...
En fin, tal vez la sensación que reina hoy por sobre mis sentidos sea una combinación de las nombradas, con algunas cosas mas... Pero solo puedo decir una cosa en claro al respecto de todo esto, y es la certeza de que de alguna manera, nos muestra ante nosotros mismos, nos fuerza a plantear cosas que tal vez nunca imaginamos plantearnos, nos abre perspectivas nuevas... La inquietud que genera toda la avalancha de acontecimientos no es simple de describir, si, pero bien vale la pena, como un paso que, creamos o no en estas cosas, ha enriquecido nuestras vidas.
Ah, y lo mas importante, siempre podremos torcer el curso de nuestra historia, si realmente creemos ser capaces de hacerlo...
Nota publicada el día 15/09/2009 en mi Facebook - Autor: YO
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