Es curioso ver cómo, pese a que los años pasan para todo y para todos, hay ciertas cosas que parecen estancadas en nuestro ser nacional, fundidas con nuestro propio gen identificatorio respecto del resto del mundo.
Casos ejemplares podrían er la típica tira Mafalda, o muchas de las letras de nuestros más arraigados temas, como Cambalache por citar solamente un ejemplo, cuyas vigencias siguen hoy tan relucientes como aquellos días en los que vieron la luz por primera vez.
Y es que en la Argentina somos así... Muy definido nuestro carácter, nuestra forma de ser y actuar, el modo de relacionarnos con el entorno, todo el rango de capacidades y actitudes tan nuestras como nada más podría serlo; a veces para bien, y a veces para mal.
Ser reconocido a lo largo del planeta por una arrogancia sin igual, una xenofobia recalcitrante, una corrupción eterna y descarada, por ser tan antipatriotas (sobre todo, cuanto más exaltamos nuestro amor por la patria y soberanía, es donde menos patriotismo mostramos... algo único en nuestro país), o por lucrar con los derechos humanos entre otras cosas... realmente me duele.
Preferiría ser señalado por la simpatía y calidez de la gente, por su compañerismo, sus códigos de amistad incorruptibles y su solidaridad. También por la pasión puesta en juego en todo aquello en lo que dejamos la vida, por la innegable capacidad del pueblo de levantarse pese a todo lo que siempre nos aplasta...
En fin, básicamente, espero que reflexionemos sobre cómo vivimos, sobre lo que creemos y sentimos, como pueblo, Estado y Nación, para poder, de una vez y para siempre, salir adelante. Espero también que, a costo de desactualizar todo aquello documento histórico de los mencionados, podamos remar alguna vez en la historia, todos para el mismo lado...
Como cierre, un gran tema de V8, tan argentino como el asado, y que mantiene hoy en día su validez... "Cautivos de un sistema"
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