Resuenan los ecos inciertos
dentro de ese habitáculo
donde los sueños sacuden
su polvo de estrellas.
Entre el fragor y el silencio,
nunca en susurro ni resoplido,
un canturreo ni en deletreo,
se debaten finos los sentidos.
Sentidos tácitos, irreverentes,
que desafían los fueros íntimos
forjados de carnes y vidas,
exentos de hambres y glorias.
Y en la soledad de un mundo
que rota evadiendo tiempos,
se clava el puñal afilado
de un incierto certero.
Puñal que afilan los dichos,
se entierra en ese fiel obrero,
vida que vive, vida que riega,
mas hieren los sentimientos
Nueva espina en aquella rosa
hermosa pero siempre hiriente,
riega el obrero, riega,
con sangre, sudor y muerte.
martes, 27 de noviembre de 2012
lunes, 29 de octubre de 2012
Desencuentro
Mis pasos detrás de tus pasos,
ávidos los cuerpos del contacto
entre dos seres de nada
que buscan sólo completitud.
Sedes que no calman, no,
ante el ardor del deseo
llamando al mutuo tiento
que no termina de ceder.
Infranqueable te muestras
en descarado coqueteo
que no aplaca, no cesa,
mas no llega a trascender.
Y en esta incertidumbre
yacen sumidos los ojos,
ambos ciegos, ambos quietos,
posponiendo el designio.
Es que, aún en la codicia
por tu joya terrenal,
resumida hoy en cuerpo,
se agotan mis esfuerzos.
Declaro así el desencuentro
de tus crines y mis dedos,
y de aquellos labios tiernos
que se llamaron en silencio.
ávidos los cuerpos del contacto
entre dos seres de nada
que buscan sólo completitud.
Sedes que no calman, no,
ante el ardor del deseo
llamando al mutuo tiento
que no termina de ceder.
Infranqueable te muestras
en descarado coqueteo
que no aplaca, no cesa,
mas no llega a trascender.
Y en esta incertidumbre
yacen sumidos los ojos,
ambos ciegos, ambos quietos,
posponiendo el designio.
Es que, aún en la codicia
por tu joya terrenal,
resumida hoy en cuerpo,
se agotan mis esfuerzos.
Declaro así el desencuentro
de tus crines y mis dedos,
y de aquellos labios tiernos
que se llamaron en silencio.
sábado, 4 de agosto de 2012
Historias de siempre
Ya sordos los gritos
que encarnan tus dedos,
eternos, siempre recurrentes,
de un añejo manantial
que no seca ni calla
a través de generaciones.
Aún hartos los tiempos
pasados, no tan lejanos,
resucitados en tu ser.
Las voces del ayer,
de ese hoy y ese siempre,
nuevamente son oídas.
Despegan solo falaces
enmiendas de esa nada
que desprendes al huir,
como fragancia ligera
de aromas y hormonas
duras de contener.
Ay, si tan solo hiciera
eco de antaños sueños
hechos sal, hechos tiza,
con golpe de pluma fina...
igual serían lo que hoy
sólo son en sus ruinas
Sólo calla, por favor,
que un silencio no sangra
mucho más que un adiós.
Y sólo suenan tus dedos
sobre aquel frío manto
de letras heladas...
que encarnan tus dedos,
eternos, siempre recurrentes,
de un añejo manantial
que no seca ni calla
a través de generaciones.
Aún hartos los tiempos
pasados, no tan lejanos,
resucitados en tu ser.
Las voces del ayer,
de ese hoy y ese siempre,
nuevamente son oídas.
Despegan solo falaces
enmiendas de esa nada
que desprendes al huir,
como fragancia ligera
de aromas y hormonas
duras de contener.
Ay, si tan solo hiciera
eco de antaños sueños
hechos sal, hechos tiza,
con golpe de pluma fina...
igual serían lo que hoy
sólo son en sus ruinas
Sólo calla, por favor,
que un silencio no sangra
mucho más que un adiós.
Y sólo suenan tus dedos
sobre aquel frío manto
de letras heladas...
jueves, 2 de agosto de 2012
Ese rosedal
Aquel extenso huerto,
un semillero de ilusiones.
Sigue llamando al sol
aquel rosedal floreciente
que no brindas, que no entregas.
A penumbras condenas
el éxtasis de sus pétalos,
urgiendo por el regadío
intacto de mis sedes
que no ceden, que no calman.
Más el viento los peina
y escucha sus pesares,
recayendo en los oídos
del sembrador prohibido
que no llega, que no puede.
La condena del desierto,
un fantasma, una chance,
será premio y castigo
al gris sembradío
que no suda, que no llora...
un semillero de ilusiones.
Sigue llamando al sol
aquel rosedal floreciente
que no brindas, que no entregas.
A penumbras condenas
el éxtasis de sus pétalos,
urgiendo por el regadío
intacto de mis sedes
que no ceden, que no calman.
Más el viento los peina
y escucha sus pesares,
recayendo en los oídos
del sembrador prohibido
que no llega, que no puede.
La condena del desierto,
un fantasma, una chance,
será premio y castigo
al gris sembradío
que no suda, que no llora...
viernes, 27 de julio de 2012
Jardín
En ese fondo, ese jardín
donde la magia es aire
y los sueños, sueños son,
aún espera la hierba,
el dulce rocío de tu alba.
Desprende tu ser el éter
divino de tu calor;
abrazo tierno de una piel
que todo cubre, todo envuelve.
Sólo un manto de luz y paz,
sólo hierba y un tímido alelí
de sedosos pétalos húmedos
en ese fondo seco, olvidado,
donde el tiempo es espera
y la ilusión es tu tierna jaula...
...pero es sólo una jaula
donde la magia es aire
y los sueños, sueños son,
aún espera la hierba,
el dulce rocío de tu alba.
Desprende tu ser el éter
divino de tu calor;
abrazo tierno de una piel
que todo cubre, todo envuelve.
Sólo un manto de luz y paz,
sólo hierba y un tímido alelí
de sedosos pétalos húmedos
en ese fondo seco, olvidado,
donde el tiempo es espera
y la ilusión es tu tierna jaula...
...pero es sólo una jaula
martes, 14 de febrero de 2012
Listas negras
Listas negras, recuento de prohibires,
aquellos prescindibles entes y nombres
que sólo quedan fuera de un camino
por el ripio grosero de la vida.
Esa inhumanidad que subyace adentro
en lo profundo de las entrañas
expone a los celos de la indiferencia
la cruda respuesta a la no pregunta.
Listas negras, sólo listas son,
mas el descarte de lo sobrante nace,
crece y vive en sus tiernos regazos,
para ser un olvido y su poco tiempo.
Pero lo justo es lo que se vive,
y vive aquello que no se detiene,
es por la dinámica de los seres
que las listas siempre son parte de uno...
aquellos prescindibles entes y nombres
que sólo quedan fuera de un camino
por el ripio grosero de la vida.
Esa inhumanidad que subyace adentro
en lo profundo de las entrañas
expone a los celos de la indiferencia
la cruda respuesta a la no pregunta.
Listas negras, sólo listas son,
mas el descarte de lo sobrante nace,
crece y vive en sus tiernos regazos,
para ser un olvido y su poco tiempo.
Pero lo justo es lo que se vive,
y vive aquello que no se detiene,
es por la dinámica de los seres
que las listas siempre son parte de uno...
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