lunes, 29 de octubre de 2012

Desencuentro

Mis pasos detrás de tus pasos,
ávidos los cuerpos del contacto
entre dos seres de nada
que buscan sólo completitud.

Sedes que no calman, no,
ante el ardor del deseo
llamando al mutuo tiento
que no termina de ceder.

Infranqueable te muestras
en descarado coqueteo
que no aplaca, no cesa,
mas no llega a trascender.

Y en esta incertidumbre
yacen sumidos los ojos,
ambos ciegos, ambos quietos,
posponiendo el designio.

Es que, aún en la codicia
por tu joya terrenal,
resumida hoy en cuerpo,
se agotan mis esfuerzos.

Declaro así el desencuentro
de tus crines y mis dedos,
y de aquellos labios tiernos
que se llamaron en silencio.


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