martes, 20 de abril de 2010

El costo de la paz

Tal vez nunca nos preguntamos realmente, y a fondo, cuánto nos cuesta la paz individual. Es algo engañoso este tema, porque... ¿estamos realmente en paz? Si, ya se, no estamos en guerra con nadie, ni tampoco en guerra civil (bah, no exclusivamente declarada), pero eso ¿significa entonces que estamos en paz?

La verdad, creo que no. Considero que la paz es un estado interior, al que podemos aspirar a alcanzar, en esta jungla urbana en la que nos toca vivir. No parece ser una meta fácil, con todo ese stress dando vuelta en el aire... En la ciudad es más simple conseguir un par de infartos, que un boleto a la paz interior. Y sin embargo, acá estamos y cada vez somos más. En fin...

Algunos dirán que con drogas o alcohol se puede dar un recorrido turístico por el estado de paz interior, pero no es más que eso: una visita de un rato, antes de volver a la alocada realidad.
Otros hablan del arte como método de dispersión natural, para "evadirse" un rato. Y esto en definitiva termina siendo lo mismo que el caso anterior, una muestra gratis de la paz interior.

Quizás la única salida efectiva sea escapar a la tormenta de ruidos y tensiones que diariamiente nos vemos sometidos a recibir sin paraguas. Fugar hacia donde las llanuras hablan en silencio, donde las estrellas no se esconden temerosas de las urbes luminosas, las nubes ríen y lloran al compás de las estaciones, y el viento canta su melodiosa canción de cuna relajando a todo ser vivo dispuesto a escucharla. Como Ricardo Iorio, un vividor nato, supo hacer para llegar a ser feliz.

Entonces, si la paz se alcanza solo de este modo, la simple y compleja pregunta planteada por Dave Mustaine "¿Puedes poner un precio a la paz?" seguirá sin respuesta. Y es que tal vez no exista dicha respuesta, con el firme propósito de seguir intentando alcanzarla sin atajos...

viernes, 16 de abril de 2010

Hace ya 20 años...

El mundo seguía su rumbo acostumbrado, sin saber que un hecho de enormes magnitudes estaba ocurriendo; un suceso de esos que marcan un antes y un después dentro de un contexto y una historia determinada. Definitivamente, la memoria de los entendidos atesoraría por siempre el maravilloso evento, a punto tal de que varios de ellos mencionaría como un orgullo vivido tan fuertemente como si de fruto de sus existencias se tratara.

Nuevamente había sido forjada una joya para la corona del metal pesado. Esa deliciosa parte del metal denominada "thrash metal", abundante en machaques, velocidad, fuerza, técnica y expresión, había vuelto a concebir un hijo pródigo. Y es que Megadeth había realizado, seguramente sin saberlo y siquiera llegar a sospecharlo, uno de los mejores discos de todos los tiempos: "Rust In Peace" (para algunos simplemente "el mejor disco de thrash de todos los tiempos") veía la luz, y consagraba a Dave Mustaine, Marty Friedman, David Ellefson y Nick Menza, padres de una de las criaturas más perfectas del género.

Y hoy, aquellos que realmente nos deleitamos con esta grabación póstuma, festejamos los 20 primeros años de su existencia. Festejamos por todo lo que el disco aportó a nuestras vidas. Festejamos porque tuvimos la suerte de escucharlo, tanto sus versiones en vivo como las de estudio. Festejamos, festejamos, festejamos... La lista se extiende indefinidamente, producto de la gran cantidad de sensaciones que este disco despierta en cada uno.

Y si la suerte se encuentra de nuestro lado, tal vez, esta bestia será invocada completamente en mi presencia, en este año tan especial...

ENDGAME TOUR 2010 - MEGADETH

Nos vemos en el Luna, mientras todo a nuestro alrededor colapsa por la furia desatada...

martes, 6 de abril de 2010

Riachuelo de risas rotas

Hoy parece que aquel río de aguas oscuras, ennegrecidas por el tiempo y las decisiones equívocas, retoma su antiguo cauce, y nada se puede hacer para evitarlo, más que contemplarlo nuevamente arrasar con todo aquello que se encuentre delante, inundando, contaminando, pudriendo, generando penas y dolores, enfermedades y pestes, miedo y locura... ¿O tal vez será que es una ridicula obsesión de quienes lo vemos correr libre, a distancias no tan cercanas? Ya no lo sé.

La vida de alguien cambiará hoy, o mañana, o tal vez dentro de unos días, es difícil saberlo... pero irremediablemente, beber de ese río sólo le traerá sorpresas desagradables.

Es sabido que su caudal no corre libre entre los llanos, sino que se desplaza por donde quiera se le permita, repartiendo falsas marañas de sueños, mágicas promesas de felicidad, incalculables fuentes de satisfacción... A costa de elegir con calculada frialdad a quienes consumirán parte de su ser, tan solo por el invaluable ego de tener gente apostada a sus orillas, reposando a sus márgenes, contemplando y admirando el plateado resplandor que sabe tener y mantener, con el firme objetivo de provocar asombro.

¡Y pensar que en algún momento soñé con bañarme en aquel inocente río! Surcar sus aguas, acariciar su -hasta el momento- cristalina superficie, sumergirme hasta alcanzar lo más hondo... Sueños recurrentes de adolescencia, y antes de recibir un buen golpe de realidad...

Aunque hoy doy gracias al destino, por haberme mostrado la verdadera quintaesencia de ese riacho, que tanto había cautivado y estimulado mi más íntima imaginación... Al fin y al cabo, no sería la primera vez que el tardío desengaño me encontrara con el agua hasta las rodillas, y caminando hacia el interior del torrente...

Y tal vez sea por eso que preferí quemar las bellas postales que tenía, para no verlo, para no llamarlo dentro de mis recuerdos, para no oir su leve susurrar a través de la memoria de los días que nunca vendrán... Nada más hiriente que las fauces de una sirena luego de haber oído todo su melodioso canto... y en este caso, la analogía se repite colmada de exactitudes.

Entonces, para terminar... ¡Bienvenido al juego, camarada! Aunque no hay tiempo siquiera para pisar el tablero, tan sólo de acumular fichas se trata el reglamento, y ahora serás una más en la recolección.