Y sucedió. El sueño se hizo realidad...
Cálida noche de intensas emociones... gente donde quiera que dirigiera la mirada... luces, hierros, telones, vallas...
El sol cae lentamente, cercano a la rivera norte de la Capital Federal. El lugar de reunión, el estadio River Plate, convertido en el soberbio altar del más grande de los ritos humanos... En un rato, minutos más, minutos menos, el punto elegido se convertirá en el epicentro de un torrente de emociones, todas ellas traidas a la ocasión, por los más importantes y valederos recuerdos...
Observo el entorno. La insignia del Quilmes Rock 2010 se repite numerosas veces a mi alrededor. Es increible... tan sólo al recordar haber creído que nunca se daría esta mágica ocasión, me deja casi al borde de las lágrimas. Pero no, imposible... todo lo que observo borra cualquier mínima demostración de lagrimeo.
Y de repente, el tumulto creciente se corta al medio. Movimientos, equipos, técnicos de sonido, instrumentos varios, todos desfilando a nuestro frente. Y de un momento a otro aparece un viejo conocido del ambiente, capturando instantáneamente las palmas de los presentes, incluyéndome. El sol aún radiante, pareció saludar al recién ingresado a escena... O'Connor hacía su presentación, abriendo de este modo la velada inolvidable.
Canto, energía, traje de esqueleto, sobrero de ala ancha... el espíritu de la H y de Malón también presentes en ese despliegue musical. Realmente se sentia emerger toda la magia... pero como todo en esta vida, su presentación terminó, sin que el final fuera tan dramático, dada la expectativa de lo que brevemente estaba por llegar.
Tras el intervalo propio del intercambio técnico, el desplazamiento de los equipos, la gente probando uno a uno cada botoncito de cada aparato, nuevamente la concurrencia se torna hacia el escenario, en donde un verdadero ídolo se hace presente: León Gieco, emblema de lo más nuestro, enfrenta a un público realmente impaciente, sediento de música. Bajo la ya emergente luna, su actuación realmente se destaca, comparada con lo supuesto y esperado, evitando generar desagrados, aunque aún sin encajar realmente con el resto del espectáculo.
La despedida de León llega, y nuevamente los intercambios de equipos, gente transitando sin cesar por el escenario, yendo y viniendo, mirando y tocando. Luego viene el chequeo de iluminaciones, pantallas, sonidos. Los segundos pasaban realmente muy lento, los minutos eran densos, pegajosos, nunca terminaban de avanzar... la impaciencia se acrecentaba, la gente inquieta animaba los cánticos que marcarían el principio de un coro compuesto por todo el estadio, y que pedían (o mejor dicho, reclamaban) a gritos desencajados que el verdadero espectáculo comience. La noche acompañaba el coreo, las estrellas iluminaban los rostros emocionados de todos aquellos que nos encontrábamos allí, esperando en completa tensión el inicio de lo que sería el show soñado por años.
Las luces se apagan. Música de fondo. La gente se pregunta si es un chiste, ya que lo que suena no es lo que vienen a ver... Se alarga la espera, aunque ya sin aparentes motivos.
El tema termina, las luces se apagan. El aire se torna muy espeso, cargado de expectativa.
Y se da... Esa melodía inconfundible, esa intro tan esperada, acariciando nuestros oídos. El corazón late con fuerza, los ojos se fijan en el escenario, los músculos se tensan, la lluvia de adrenalina está por comenzar... Ecstasy of gold, de Ennio Morricone... un clásico cinematográfico, ahora convertido en introducción de la mayor tormenta de energía sonora conocida, una tromba de notas, velocidad, contundencia, distorsión y pasión... Y comienza la función!!! Creeping Death, el himno del Thrash Metal, abre la noche del perdón... la noche en la cual llega la redención por el 2003, pasado negro para la banda por estos lares...
Y respecto del resto de la noche, sencillamente aún no existen palabras para describirla...
Gracias James, gracias Lars, gracias Kirk y gracias Robert. GRACIAS METALLICA POR ESTE RECITAL DE ENSUEÑO, DE ESPECTACULARIDAD PURA, DE MAGIA LIBERADA... ¡¡¡ETERNAMENTE GRACIAS!!!
PD: James, obviamente, las disculpas quedan aceptadas.
lunes, 25 de enero de 2010
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