viernes, 12 de marzo de 2010

Vórtices de infortunio

Hay cosas que, evidentemente, por algún místico capricho del universo que nos rodea, están signadas a fallar constantemente. No importa el empeño invertido en prevenir errores, tener cuidado, reparar y reforzar... sencillamente vuelven a fallar...

Además, tampoco solemos avivarnos de este hecho, sino que solamente dedicamos el mayor empeño a "tapar este bache cuando lo vemos", sin después notar que la rotura vuelve a aparecer... Es casi, a otra escala, más espiritual y menos literaria, lo mismo que la mancha del suelo de la mansión de Canterville, es así...

¡Y lo frustrante que es toparse con uno de estos particulares puntos! Parece que toda la mala onda del mundo se acumula en un solo resquicio... lo suficiente para lograr que, sea lo que sea, falle. Y además de frustrarnos, encima tenemos que pagar los costos de este punto... Simplemente ¡no es justo! (obviamente, siempre que el daño sea remediable, sino mucho más frustrante).

Bueno, lo cierto es que ayer me encontré con uno de estos puntos de infinito poder de destrucción... Uno de estos puntos, que varían desde levemente molestos a indiscutiblemente odiosos, se posó sobre el pin de mi adorada guitarra desde el primer momento. Los efectos son constantes... eete tipo de puntos metafísicos no da respiro.

Primero fue la rotura de ojal de la correa... luego, ya con nuevo pin de sistema de enclavamiento, fue auto-desenroscado repetidas veces, hasta terminar con la rosca de la madera. Actualmente, pese al nuevo tornillo, más largo, más grueso y más duro, otra vez se desajusta... evidentemente, es un punto conflictivo, y con muchísimo potencial de daño...

Pero no quiero detenerme ahí. El ejemplo nombrado sólo es para graficar cómo actúan estos puntos.

Es más, todos sabemos que tenemos un mueble X del cual las cosas se caen siempre... o esa bisagra que siempre da problemas... quizás también esa manchita en la pared, que podría ser mil veces repintada, pero no desaparece jamás... En definitiva, los puntos elegidos para estas desgraciadas concentraciones de energía son completamente aleatorios.

Pero... y entonces ¿cuál es la solución?

Y... si esta teoría es correcta, no hay solución posible, sólo adaptarse a los indómitos caprichos del universo y reconocer estos puntos y evitarlos, o bien seguir peleando contra ellos... quién sabe, tal vez seamos los primeros en ganarle una pulseada...

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